domingo, 7 de agosto de 2011

Introducción

¿Que será lo que moviliza a los hombres a encontrar en lo más profundo de su ser la valentía necesaria para desafiar al orden establecido? ¿Donde se encontrará la fibra más íntima, sincera y desprendida de los seres humanos que los llena de convicciones inquebrantables y los guían hasta dejar la vida por un ideal? ¿Por que aquellos individuos, envueltos en una llamarada de fuego, levantan las banderas de la revolución, de la inclusión social, de la militancia, de la autogestión y del trabajo digno?. Las preguntas podrían llegar a multiplicarse hasta llegar a ser millones de inquietudes y lo lamentable sería no encontrar siquiera un intento de respuesta a tanto torbellino de cuestiones. Sin embargo, las mismas son necesarias para poder comprender, con más sensibilidad, la importancia de los actos heroicos de todo hombre, de todo ser humano, de todo individuo que se atreva a transformar su impulsa de curiosidad en un vendaval de ideas, para consolidar un ideario crítico, solidario, revolucionario y, por sobre todas las cosas, práctico.
Porque, sin lugar a dudas, pueden darse dos posibilidades: realizar buenas teorías, completas, perfectas, calcadas del mejor plan de operaciones que jamás haya existido, pensadas en ámbitos confortables pero, al querer establecer un criterio aplicable, fracasan rotundamente por su determinismo mecanicista; por otro lado, se encuentra aquella teoría que es llevada a la práctica comprendiendo porque se lucha (cual es el objetivo), dejando atrás la caracterización de “individuo” para transformarse en un “colectivo de personas”, guiadas por ideales firmes -o al menos se piensan firmes- , donde construir y sentar las bases de la militancia y el compañerismo, como si fueran volcanes de pasión incontenibles.

I

Todo eso se cruzó seguramente por la cabeza de Juan Ingalinella aquella madrugada del 17 de Junio de 1955, en la celda de la Jefatura de Policía, entidad que para ese entonces ya contaba con incalculables denuncias realizadas, entre otros, por el propio Ingalinella. Sin embargo, se encontraba allí, en el pozo más hondo, oscuro y tenebroso que conocía a la perfección, ya que anteriormente había sido encarcelado varias veces desde que comenzó su militancia universitaria, donde se topó por primera vez con las ideas de Karl Marx y Friedrich Engels, quienes constituirían un camino de ida para este hombre, que presentía una noche inusual.
De todos modos, no se encontraba solo: a su lado estaba Yaco Trumper -su cuñado-, que era su compañero más cercano por tratarse de un familiar; también estaba el Flaco Gomez, un tipo alto, bastante tosco y un laburante incansable, que hablaba en voz alta con otro de los presentes -el gringo Dipp- a quién le decía : “que paradoja del destino, sufrimos la proscripción, las detenciones que este gobierno populista propone y sin embargo estamos acá, presos, cagados de frío e incomunicados por salir a respaldar a Perón y repudiar las bombas de la Marina”. El “gringo” quedó callado.
Ingalinella se sentía muy cansado, abatido por el largo día; se había levantado a las 5 de la mañana como siempre lo hacia, acompañado de su inseparable esposa Rosa Trumper, un mujer sencilla, sin mucho misterio, y que en estos momentos seguramente estaría moviendo cielo y tierra para encontrarlo, como en las veces anteriores en que cayó preso. Durante esas mañanas de amor y convivencia con Rosa (quién era docente pero fue cesanteada por no firmar la afiliación al peronismo), el calor del hogar y su rol de marido daba paso al prestigioso Doctor Ingalinella, como era conocido en distintos hospitales y sanatorios de la ciudad, lugares en los que había conocido la desidia y el fracaso, encontrándose cara a cara con la pobreza.
Fueron justamente aquellas convicciones e ideales de solidaridad que había constituido durante su adolescencia y maduración política, cargado además de una fuerte vocación de servicio, las que llevaron a “Inga” -como era llamado en el seno más íntimo de la militancia- a poner un consultorio en su propia casa. Niños, mujeres, abuelos y hombres desfilaban tarde y noche por la humilde morada de Saavedra 667, en el Barrio La Tablada, al sur de la ciudad. Juan lo hacía de puro corazón, sin esperar nada a cambio, más allá de una sonrisa o un gesto amistoso.
Sin embargo, la mañana del 16 de Junio ya no sería recordada como un día de rutina para Ingalinella, ni tampoco para el pueblo argentino.

II

En un alto en el trabajo, el Doctor sintoniza la radio y allí se entera que aviones de la Marina habían bombardeado la Plaza de Mayo, sin importar que hubiese personas transitandola. De norte a sur, de este a oeste, las bombas caían con la bendición del cielo y con la impunidad de ser anónimas, pero no por eso menos culpables, no por eso menos injustas, no por eso menos genocidas; es que detrás de esas bombas que estallan contra el asfalto pisado por el pueblo, aquel que el 17 octubre de 1945 había ido a recibir al único hombre que les había devuelto la dignidad, que los había hecho sentir parte de la historia de la humanidad, y que depositaban en su líder un futuro de conquistas sociales y felicidad, que no era poco para ese entonces, se encontraban hombres, de piel y hueso, con corazón -al menos eso creemos-, que también formaban parte de la mítica Plaza, pero esta vez la historia era distinta.
Aquel líder de los trabajadores argentinos, que había vencido en las elecciones de 1945 derrotando al aparato sistemático de agravios impulsados por la embajada norteamericana (con Spruille Braden a la cabeza) y con los socios locales del imperio -la oligarquía terrateniente y los partidos opositores-, donde se consolidaba un fenómeno político antipopular conocido como la “Unión Democrática”, que el Partido Comunista había sido partícipe.
Juan Ingalinella se había reprochado el haber formado parte de un conglomerado tan disimil en la teoría pero que encajaba perfectamente en el objetivo final, que era la derrota electoral de Juan Domingo Perón. En las constantes reuniones del Órgano Central del PC se hacía una autocrítica por haber apoyado al cipayismo traidor. Algunos lo entendían así, alejados del mecanicismo soviético y a pesar de padecer las incesantes persecuciones, detenciones y proscripciones a las que el partido y sus militantes eran sometidos.
Pero la historia tiene estas cosas; la vida del ser humano no es perfecta, las contradicciones son nuestro denominador común. Sin embargo, aquella mañana del 16 de Junio, aquel maldito día, abriría un tajo de violencia, de la peor violencia criminal que haya existido en nuestro país: comenzaba un largo, lento y agonizante sufrimiento que culminaría el la madrugada del 24 de Marzo de 1976.
Como será de paradójica la historia que los “guardias del status quo”, esos cuervos del ejercito, muestran sus garras por las noches, o atacan cobardemente al pueblo desde el aire, con bombas pintadas con una cruz y debajo una “V” simbolizando el lema “Cristo Vence”; el país del modelo agroexportador se había transformado en “una casta de sindicatos donde se llenaba de obreros politizados”; era la vieja “barbarie” que arremetía contra la “civilización sarmientina”. ¿Que era todo eso? ¿Como un pobre, un desamparado, un cabecita negra, debía transformarse en un sujeto político y más aún, en poseer derechos? Esta era la lógica de los terratenientes, de toda esa calaña chacarera que se creían la raza pura, la más apta para gobernar, de los chupacirios profesionales. Ya habia sido suficiente populismo por el momento, basta de “descamisados”, basta de homenajear a Eva Perón, esa actriz frustrada y trepadora. ¿Como se atreve esa mujer a ser más importante que las damas de la patria oligarca? Repito, aquella lógica de odio antiperonista nubló a gran parte de los partidos opositores y a las clases de privilegio, a veces por egoísmo y recelo, otras por racismo y venganza.
El peronismo era, como dijo John William Cooke, “el hecho maldito del país burgués”, y vaya que tenía razón. Esas bombas que teñían el cemento de muerte no era más que el reflejo de la utilización extrema de la violencia y el fiel esquema del golpismo gorila. Algunos tardaron años en comprenderlo y otros, lamentablemente, todavía no lo han entendido.

III

En la fría celda de la Jefatura se encontraba inamovible Juan Ingalinella, recordando cada momento que lo había llevado en su recorrido personal hacia aquel agujero negro que esa noche oficiaba de cárcel. Al enterarse del bombardeo, se ordenó una reunión en una de las casas de seguridad que tenía el partido, que en otras oportunidades había servido como resguardo de cientos de compañeros comunistas que le “gambeteaban” a las persecuciones policiales, y allí se decidió imprimir un volante para repudiar el atentado golpista.
Que nivel de salvajismo. Que desprecio por la vida humana detentaron tanto tiempo en silencio y desde sus claustros aquellos que se llenaban la boca con la misericordia de Dios, que debajo de sus oscuras sotanas escondían la muerte, la complicidad y la tortura. Hoy la Fe y el perdón eran borrados de un plumazo, o mejor dicho, de un balazo en el pecho de la democracia, una democracia que todavía sigue padeciendo hemorragias hasta que el último genocida o cómplice este en la cárcel.
Pero en la “helada celda” también ha habido hombres buenos, que pelearon por un ideal, e Ingalinella fue uno de ellos. Ahí se encontraba, solo. Sus compañeros habían sido trasladados hacia las afueras de la Jefatura -o al menos eso se creía-, pero ¿Como estar seguro? ¿Por que sus camaradas habían sido liberados y él aún permanecía detenido, incomunicado y sin sentir el perfume de su mujer? Basta de preguntas -se dijo a sí mismo-, cerró los ojos y terminó de recordar como había sido esa tarde, la que iba a marcar el inicio de una violencia inaudita en la historia del país y la dejaría astillada para siempre.
Aquel panfleto con la firma del Partido Comunista había sido su pase de detención, una constante en la vida política de Inga; allí, pensativo y meditabundo, con el sudor en la frente y el cansancio de tantas horas de encarcelamiento, siente que se está cometiendo una injusticia: era injusta la idea de país exclusivo que pretendía la oligarquía que el combatía; era injusto el padecimiento de los pobres, a los que atendía sabiendo que eran la esperanza del futuro de la patria; eran injustas las bombas cobardes que prendían fuego la vida; era injusto estar detenido por cumplir con su rol de militante comunista.
La celda se abría de par en par, frente al médico se encontraban sus brazos ejecutores, su “tribunal”, que venía a sumar una nueva injusticia para volver al “país de la injusticia”. El primero en ingresar fue Francisco Lozón, el encargado de realizar los interrogatorios a los militantes detenidos, tenerlos cara a cara para terminar de una vez con el “fantasma que rondaba en Europa” y que poseía un manifiesto comprometido y valiente, a cara destapada y sin lanzar bombas desde las alturas.
Lozón no era fisicamente el estereotipo de policía que conocemos: tenía pelo corto, lucia prolijo, sin bigote, dotado de una estampa de hombre de bien. Allí, frente a sus ojos, tenía a los que odiaba con tanto empeño: no le alcanzaban las horas del día para odiar más. El resto de los justicieros anticomunistas de aquella noche fueron Félix Monzón (Comisario) Santos Barrera (Subcomisario), Fortunato Desimone (Subcomisario), Arturo Lleonart (Oficial), Ricardo Rey (Oficial), Héctor Godoy (Oficial) y Rogelio Tixe (Oficial), y fue este último quién rompió el pacto de silencio que se habían jurado respetar hasta que los metros de tierra tapen sus respectivas tumbas, declarando como fue el asesinato de Juan Ingalinella de la siguiente manera: “Lozón ordenó al doctor Ingalinella que se desnudara, luego de lo cual le ordenó que se acostara sobre una mesa (…) Le expresó que quería el fichero del partido y el mimeógrafo que se utilizaba para hacer los volantes. Ingalinella no contestó ninguna palabra, entonces Lozón le pasó la picana eléctrica por el cuerpo”.
Juan Ingalinella no soportó la tortura y falleció en el acto, sufriendo un paro al corazón, una paradoja más, aquel músculo que lo había guiado por su vida y le decía como actuar ante cada circunstancia: cuando se enamoró de Rosa, cuando militaba, cuando ejercía como profesional, cuando había que poner el pecho a lo que venga, se quedaba ahí, en la mesa, delante de sus ejecutores de la injusticia, quienes demostraron ser más cobardes aún y hacer desaparecer su cuerpo, como queriendo borrar el desastre, la brutalidad que habían cometido. Inga se transformaba en bandera, en estandarte, en lucha constante, y se reproducía en un grito a voces que exigen basta de injusticias.



Informe del proceso de recolección de datos e investigación

El proceso de recolección de datos se cerró con la inclusión de una nota publicada en la revista publicada por el Diario La Capital en su 140º Aniversario de existencia, el día 15 de noviembre de 2007, donde se recuerda a grandes personalidades de la ciudad, y una de ellas es Juan Ingalinella.

La única entrevista fue realizada a Cristian Rossi, Secretario del Partido Comunista con sede en Rosario, quién ahondó en detalles sobre la detención de Ingalinella y el contexto de proscripciones en el que convivía el partido en ese momento. Elegí realizar una sola entrevista por el poco tiempo, y por dificultades que surgieron (falta de equipamiento, luz y el centro cultural se estaba remodelando). El principal sustento para realizar el texto definitivo fue utilizar artículos periodísticos de 1955 que fueron publicados en el diario “La Tribuna” del 11, 13, 14, 15, 16 y 17 de junio de ese mismo año, que me permitieron contextualizar el “clima político de la época”.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Trabajo Práctico nº 3 - Nicolás Ferrera - Daniel H. Franchina

Twitter de Mauricio Macri

Wordle: Twitter de Mauricio Macri

Según el gráfico, es posible dar cuenta de que el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, en sus comentarios a través de la red social Twitter, hace hincapié específicamente en el "esfuerzo", en su partido, el "PRO" y en la unión del círculo social en el que se ubica en la vanguardia. Es importante destacar que posee un contínuo contacto con sus seguidores, por este motivo sobresale el "retwitteo" en la imágen, de igual manera que la mayoría de los políticos que se han "modernizado" en la actualidad.

Twitter de Cristina Fernández

Wordle: Twitter de Cristina Fernandez

En el caso de la presidente Cristina Fernández, es posible apreciar la constante alusión hacia la patria Argentina. En otro orden, señala su actuar diariamente. Utiliza Twitter, de la manera que se espera: como un medio de comunicación para plena difusión de pensamientos libres sin censura previa. De este modo, adquiere una labor esencial en cuanto a la difamación de sus actos, por ejemplo, es preciso destacar las referencias que realiza respecto de las inauguraciones y adelantos que le ha proporcionado a nuestro país.

Twitter de Ricardo Alfonsín

Wordle: Twitter de Ricardo Alfonsín

De igual manera que la presidente, promueve la difusión de sus quehaceres cotidianos; pero fundamentalmente es notorio el lanzamiento de su candidatura presidencial para las próximas elecciones. Alfonsín, parece tener presente a la prensa, la cual repercute de manera directa con la sociedad e influye taxativamente en los futuros votos que éste obtenga en los comicios.
Nuevamente remarca las acciones que realizará, actos en los que se presentará, donde con un abordaje político tratará de acaparar adeptos a su partido y consolidar los lazos de los militantes ya existentes.

Twitter de Pino Solanas

Wordle: Twitter de Fernando Pino Solanas

Mantiene una postura casi invisible en la televisón, sin embargo, utiliza Twitter para manifestar y promover, de igual manera que Ricardo Alfonsín, su candidatura presidencial. Encuadra sus temas en el INDEC, en leyes que abrogará o presentará y en los proyectos que tiene entre manos.
Sagáz y astuto, Solanas comprende la necesidad de utilizar este "nuevo" medio de comunicación que irrupió, penetró, en los hogares de la mayoría de la población argentina. Allí expresa su postura ideológica. A juzgar por su edad, Solanas es un inmigrantes en la comunicación por internet, pero supo entender que en la actualidad no existe nada mejor que el uso de una herramienta tan efectiva y eficiente como el Twitter para la publicación de ideas.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Trabajo Práctico Evaluativo N2 : Informe Audiovisual

Informe Audiovisual realizado por Daniel Franchina y Nicolás Ferrera

martes, 19 de octubre de 2010

Alfonsín-Binner quieren ser los winners

La carrera al 2011 está mostrando sus primeras alianzas implícitas/explícitas que anhelan colgarse la banda presidencial y comandar el destino del país. Este es el caso de Ricardo Alfonsín, Diputado del Radicalismo y el Gobernador de la Provincia de Santa Fe, Hermes Binner, quienes mantuvieron una reunión para consolidar, según afirmaron, "una propuesta conjunta". Además, participaron de la misma Miguel Lifschitz (Intendente de Rosario), Antonio Bonfatti (Ministro de Gobierno de Binner), y Mónica Fein (Presidente del Bloque de Diputados del Partido Socialista).

Por su parte, el Diputado Radical se ha convertido en la "imagen positiva" dentro de su partido y es la cara "progresista" de un Bloque que tiene entre sus filas a Gerardo Morales, Oscar Aguad, Ricardo Gil Lavedra, Silvana Giudici, y en la vicepresidencia se encuentra otro candidato coherente: Julio Cobos.

Hermes Binner también se ha erigido como una figura que representa fuertemente al Partido Socialista y cobró notoriedad en los medios porteños (instrumentos que ponen y sacan políticos en la agenda pública) cuando sostuvo una discusión muda con Carlos Reutemann. No obstante, el Gobernador santafesino se encuentra en una dualidad para definir su apoyo en la posible candidatura: acompañar a Ricardo Alfonsín o postularse junto a Pino Solanas (Proyecto Sur), quien a su vez está en desacuerdo con el radicalismo.

Hasta el momento, son solo especulaciones pero no hay que dejar pasar la característica de estos encuentros: articular políticas para enfrentar a la fórmula que presente el oficialismo, la fuerza que todos quieren vencer. A continuación pueden ver un recorrido por el tratamiento que han hecho algunos medios de comunicación sobre esta noticia.

sábado, 9 de octubre de 2010

Globalización o Populismo (Nicolás Ferrera - Daniel Hernán Franchina)

Presentación en Prezi sobre el momento hístorico en America Latina y la necesidad de nuevos proyectos que liberen los medios de comunicación:

jueves, 7 de octubre de 2010

Actividad para el laboratorio

Producir un informe periodístico a partir de un trabajo de selección y compilación de múltiples fuentes y recursos en línea sobre una temática determinada (lista de temas propuestos: Golpe de estado en Ecuador, Ley de preservación de glaciares en Argentina, Mundial de Voley).

El informe tiene que ser presentado como un recorrido hipertextual, para lo que se utilizará la aplicación en línea Trailmeme (http://trailmeme.com/), y publicado en el blog personal.


Actividad

Tema: Medida Cautelar sobre la Ley de Medios

Los invito a visualizar mi recorrido hipertextual sobre el limite que se le puso a las medidas cautelares en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aquí

Nicolás Ferrera

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Colectivos de actores y actantes (Trabajo Práctico Número 1)

La frase “los tiempos cambian” la vengo oyendo desde chico, pero, ¿lo que cambia son los tiempos o la forma de relacionarnos con los otros?. Esta pregunta no hace más que introducirnos en el marco de la sociedad de la información, aquella era histórica que algunos teóricos de la comunicación reconocen como contemporánea a nuestros días.

Inmersos en dicha sociedad, donde la información es concebida como un bien; admitida como una mercancia y un capital para aquellos grupos concentrados que detentan el poder comunicacional, no podemos dejar de destacar la importancia de las redes sociales, como “destructores” de las barreras geográficas y expresiones de un nuevo paradigma.

Ahora bien, el surgimiento de estas redes sociales está aparejado con la imperiosa necesidad de poseer la tecnología pertinente para llevar a cabo la comunicación, para poder relacionarse con el otro, para modificar la producción y la industria a nivel mundial. Sin embargo, “la forma de relacionarnos con el otro” ha cambiado por “la forma de relacionarnos con las cosas”. Este cambio paradigmático está dado por varios factores que Bruno Latour desarrolla en su escrito “La Esperanza de Pandora”.

El oportuno texto de Latour opera como ínterprete esencial de los tiempos que corren, y hace hincapié en pensar a los humanos y a los no humanos como híbridos, es decir, como el autor lo ejemplifica de la siguiente manera: “los agentes pueden ser humanos o (como la pistola) no humanos, y cada uno de ellos puede tener metas (o funciones), según prefieren decir los ingenieros). Dado que, referida a los no humanos, la palabra “agente” es poco habitual, es mejor emplear un término más apropiado: el de actante”.

En conclusión, según la visión de Bruno Latour, podemos aseverar que el cambio de paradigma en la relación que establecemos con las cosas ha sido modificada por la concepción de actor-actante en contraposición con la derribada idea de sujetos-objetos; de ahora en más, según la visión del teórico frances, tendremos que acomodarnos a los nuevos colectivos que conforman los actores y actantes.